me distrae de lo que dices.
Lanzas palabras veloces,
empavesadas de risas,
invitándome
a ir adonde ellas me lleven.
No te atiendo,
no las sigo:
estoy mirando
los labios donde nacieron.
Miras de pronto a los lejos.
Clavas la mirada allí,
no sé en qué,
y se te dispara
a buscarlo ya tu alm
afilada, de saeta.
Yo no miro adonde miras:
yo te estoy viendo mirar.
Y cuando deseas algo
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio: es lo de menos.
Lo quieres hoy, lo deseas;
mañana lo olvidarás
por una querencia nueva.
No. Te espero más allá
de los fines y los términos.
En lo que no ha de pasar
me quedo, en el puro acto
de tu deseo, queriéndote.
Y no quiero ya otra cosa
más que verte a ti querer.
Pedro Salinas
No me gusta este poema.
5 comentarios:
Parece una respuesta a mi post. Tu particular comentario es la posta, ya sé por qué no te gusta.
tu post me inspiró esto. Me acordé de esta parte que leia en el colegio.
Parece que soy el tercero en concordia.
hola hola hola hola hola
A mi tampoco.
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