lunes, 29 de octubre de 2007

mi casa, tu casa, su casa

Resulta que hace unos meses se murió mi abuela y dejó en su haber un arsenal de cosas sin clasificar ni ordenar ni nada. Contra todo pronóstico, mi abuela que nunca dejó detalle librado al azar, no dejó un testamento ni nada que se le pareciera. A veces me pregunto si dejó ese caos por mera desidia, negación o pura malicia. Imposible saberlo.
Mi abuela dejó varios tesoros, pero también mucha chuchería. Ahora mi casa está poblada de cosas viejas de las que mi madre no se logra liberar. Solo para que lo sepan, ahora en mi casa tenemos 3 (tres) barcos piratas de Playmobil guardados en bolsa de consorcio esperando a que se decida su destino. Mi mamá los quiere guardar, mi papá se muerde la boca, pero la quiere matar. Estamos intentando convencerla de que los regale a alguien que los pueda aprovechar.
El, digamos, tesoro mayor que dejó mi abuela es su viejo departamento de la calle Levene. Ahi nacieron y se criaron todos mis tíos y ahi vivieron hasta sus últimos días tanto mi abuelo como mi abuela. Ese departamente es un valuarte de la historia familiar. Después de algunos meses, mis tíos finalmente lo están terminando de vaciar. Cuando se acababa el trabajo, se abrió la incógnita: ¿y ahora qué?
Mi tía Sara, la mayor de las hermanas, vive hace muchísimos años en una tremenda casona. Tiene cinco hijos, de los cuales 4 ya están casados y viviendo conforme a las buenas costumbres con sus respectivos conyuges. El otro, el disipado, vive con la novia que además, por cierto, tiene un hijo. Pero ese no es el punto. A Sara, entonces, que empieza a envejecer, está casada con un tipo bastante bastante mayor y que ya no vive con ninguno de sus hijos ni de sus Setters, su casa le empieza a quedar grande. Fue la primera en levantar la oferta.
El tema es que mi primo Enrique ya había confesado sus intenciones de mudarse a esa casa. Él y Bárbara y sus tres hijos viven hace unos años en el departamento que está justo al lado del departamento de mi abuela. Ese departamento también era suyo, de hecho, mi mamá y sus 8 hermanos vivieron en la infancia en los dos departamentos. Mi primo se lo había comprado hace ya un tiempo, pero cuando nació su tercera hija, Carmela Cecilia, en honor a ella, él y Bárbara se dieron cuenta de que el departamento era un poco chico para cinco personas. Entonces mi primo también hizo su oferta.
Mis tíos no sabían cómo resolver la situación. En el fondo yo creo que todos preferían que se lo quedaran Enrique y Bárbara, pero no se podían permitir el lujo de que se notara. Ninguna de las dos partes pensaba cejar en sus intenciones. Esas dos ramas de la familia siempre tuvieron una relación algo conflictiva, por cierto. Finalmente, el sanpientísimo Concejo deliberó que el departamento iba a ser.... rematado. Todo se llevó a cabo con el máximo rigor, se presentó una oferta de base y las dos partes pujaron hasta hacer volar el precio. No llegaron a nada.
Hoy hubo asamblea general en la casona de mi tía Sara. Mis tíos recapacitaron y decidieron que no era normal que tío y sobrino pujaran por el departamento de madre y abuela respectivamente. Decidieron que cada uno ofertara un precio máximo en sobre cerrado. El que hacía la mejor oferta se quedaba con el departamento.
Ganó mi primo por 1.000 dólares.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

1) Los barcos pirata no los tiren. Yo de chiquito era fanatico de los playmovils. Donenlos.
2) ¿¡Vendieron un departamento a 1000 u$s?! No entiendo... ¿no se tendria que hacer una sucesion de las propiedades y dividir equitativamente el valor real de la propiedad?

angeles dijo...

Yo era re-fana de los Playmobiles también.
Por supuesto que no los vamos a tirar. Se los vamos a regalar a alguien, obvio.


No, a mil dólares no. La diferencia entre las ofertas fue de mil dólares.
Esa plata se la dividen entre todos. Es, digamos, parte de la herencia.

Yoshimi dijo...

no, pibe, la oferta del primo le ganó a la de la tia por mil dolares.
Ni en pedo vivo en la casa que era de mi abuela. Que mi familia viva en su casa, y que cree sus historias en un inmueble que sea solo suyo, son cargas familiares.

Yoshimi dijo...

los comentarios fueron escritos en simultaneo

angeles dijo...

Luz, vos y yo estamos en sintonía permanentemente.
Yo tampoco me iria a vivir a esa casa. Es una carga inmensa.

Igual prefería que ganara él.

Anónimo dijo...

Gracias Angeles por su explicacion cordial. Gracias Luz por su explicacion con "pibe".
Pense que los furiosos eran los arianos.

Anónimo dijo...

Se ha transformado en una expresión "muy luz" esa de "pibe", la incorporó en algún momento y quedó nomás... apuesto que tiene que ver con sus exploraciones tangueras.
Siempre que hablamos de familia-herencia-dinero ($$$ o propiedades) da para quilombo. Es algo aparentemente inevitable. La solución fue ecuánime.

Yoshimi dijo...

mis tios siguen peleados por una lámpara de mi abuela que resulta ser no vale lo que creían que valía.
Estoy segura que hay otras razones (¿?)

angeles dijo...

Bueno, la herencia es una buena excusa para recriminar todo lo que no reclamaste en su momento. Es el festín de los resentidos.