pendex

Hace ya unas semanas, digamos 6,7, dos meses, empecé a cuidar a Clara, una nena de 1 año y medio que vive cerca de mi casa, usa pañales, camina a los tumbos y apenas habla. Mi trabajo, digamos, más que cuidarla es entrenerla. Dicho de otro modo, me pagan por ser su amiga.

Dos veces por semana voy a su casa, toco el timbre, subo hasta el piso doce, la saludo y depende del día y de su salud nos quedamos en su casa a destrozar su cuarto y el de su hermano o salimos a la plaza. Huelga aclarar que lo que más me divierte es la segunda. Osea, no es que no me guste desordenar y tirar cosas y hacer quilombo, pero con pendex la verdad es que siento que me tengo que remprimir un poco. Siempre ando con miedo de mandarme alguna macana, de enseñarle cosas que a los viejos no les vaya a gustar ni un poco. Suficiente con que le enseñé a sacar la lengua.

Cuando salimos a a pasear, salimos a la plaza Alemania. La plaza Alemania es una palza muy paqueta que queda por la avenida Libertador, justo al lado del Jardín Japonés. Tiene un monumento inmenso que fue donado por la comunidad Alemana, un pasto muy prolijo, senderos muy cómodos, hermosos malvones , palomas y rejas negras. En una esquina hay un sector, enrejado también, por cierto, que tiene un arenero y juegos para niños. Esta plaza es de lo más GCU. Esta lleno de mamás descalzas que les cantan a sus hijos canciones en inglés, de mujeres que rezan el rosario, de niños mejor vestidos que sus niñeras, de cochecitos 4x4, de abuelas ultramaquilladas repletas de bijouterie hamacando a sus nietitos.

Clara y yo jugamos juntas, porque la verdad es que, aunque su madre opine lo contrario, pendex es bastante timidona con los otros chicos. Me imagino que en unas semanas va a estar un poco más suelta, pero sino se mete entre mis piernas y se queda mirando, comiendo galletitas y anda más. Yo la llevo a la hamaca o al tobogán o a correr alguna paloma que ande pululeando por ahi y Clara la pasa bomba. Yo también me divierto, es mi dosis semanal de aire libre. Además soy bastante infantil y me recopo espantando pájaros o jugando con bloquecitos de madera. Es la mía. Me pongo un poco nerviosa cuando me veo venir un berrinche, pero me di cuenta de que soy bastante agil para esquivarlos, y miren que no es tarea fácil, ¿eh? Apenas me veo venir un lagrimón o una pataleta, por ejemplo, la alzo y le hago el avioncito, o corro y me escondo en alguna otra parte y en un abrir y cerrar de ojos Clara se olvida de que se acabaron las galletitas o de que es hora de volver a casa. Hay berrinches, igual, que no se pasan tan fácil. La mamitis, por ejemplo. Te la regalo.

Me agrada Clara, aunque sea una pendeja medio jodida y ariana, igual que yo. Me gusta jugar con ella y además jugar y estar al aire libre es bueno y sano y nos hace a todos un poco más felices. Y además me pagan.