lunes, 24 de diciembre de 2007

la vida es una fiesta

Las dos la pasamos genial anoche, tal vez por eso las dos escribimos posts tan a tono uno con otro. Bailar es una bomba, vieja. En mi casa siempre hubo mucha música. Tuve una hermana que era discapacitada y era como un león, si no tenía lo que quería lloraba y lloraba y lloraba. Lo que quería era siempre lo mismo: música y sol. María Elena Walsh fue una especie de niñera para mí y para mis hermanas. Mis primeros (casi) tres años compartí habitación con ella. Todavía me acuerdo de estar en nuestro cuarto de Belgrano con ella y mi papá escuchando la canción de los maderos de San Juan. Después nos mudamos y Clara pasó a dormir sola, pero la música estaba por todas partes, igual. Les confieso que llegué a odiar al grupo Promúsica con una pasión fuera de serie. Por ese entonces yo compartía habitación con otra de mis hermanas, Teté. Las dos éramos fanáticas de Xuxa y de toda la chiquilinada que estaba de moda a principios de los noventa. A mi me encantaba bailar. Me encantaba hacerlo frente al espejo, porque además de bailar me encantaba mirarme. Mi problema era que como compartía cuarto no tenía mucha intimidad, y así como me encantaba mirarme, siempre tuve terror de la mirada de los otros. Entonces me encerraba en el living y ponía mis discos y bailaba ahi sin espejo o me encerraba en el baño antes de bañarme, esta vez sin música pero con espejo. Dios, qué horror cuando alguien me descubría. Esas cosas siempre hacen reir a las hermanas mayores, sino pregúntenle a Luz.
De chica nunca tomé clases de danza. Ese es un tema sensible en mi casa, porque a todos nos consta que yo insitía e insistía pero siempre me dijeron que no. Jugaba al hockey en el colegio y eso hacía feliz a mis padres. Cuando entré en séptimo grado mi mamá descubrió una escuela de arte cerca de casa y me inscribió no más en una clase de danza/teatro. Yo chocha. Tomé clases en esa escuela por 4 años. El primer año con una profesora que era una bruja y después con Maggie, una genia. Por ese entonces eran clases solo de danza. Yo la pasaba genial, era la más chica del grupo, la más malcriada, la mejor cuidada y además me encantaba lo que hacíamos. Al cabo de 3 años me terminé cansando. En realidad no sé que me pasó. No me gustaban las muestras, quería probar alguna otra cosa nueva, pensé que nunca iba a poder hacerlo bien. Era obvio que me equivocaba, pero era muy adolescente, la pasaba mal en colegio y no sabía que rayos quería de mi vida. A principios del año siguiente fui a averiguar por danza clásica a otra escuela que me había recomendado la mamá de una amiga. No me inscribí. Volví a mi casa triste y con los cuarenta de la matrícula en el bolsillo. En el interín de entonces a ahora siempre me estuvo dando vueltas por la cabeza la idea de volver. Hice un regreso fugaz, de hecho. A principios de año me crucé con Maggie y me dio mucha pero muchísima vergüenza admitir que había dejado. Ella estaba muy apenada. Yo también. A veces pienso que cuando dejé mis clases cerré una puerta importante en mi vida y me angustio bastante. Pero me cuesta volver, todavía no sé bien qué es lo que quiero. Este año empecé a tomar clases de tango con Luz. Ayer fuimos a bailar y bailamos muchísimo. Volví feliz. Lo que más me gusta del tango es que se comparte, te paseas de abrazo en abrazo, de tango en tango, de un lado de la pista al otro y nunca hay uno que sea igual que otro. El vínculo con la música se comparte, se acompasa, se abraza. Me encanta, me encanta bailar con los ojos cerrados y no saber dónde voy a estar cuando los vuelva a abrir. Bailar se trata de dejarse llevar, si no es por la marca del hombre, por el pulso de la música. No hay que pensar, porque siempre que pensás metés la pata. Como yo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

+ Me gusta bailar solo. Creo que soy un franco desastre pero no me importa lo mas minimo.

+ Por lo delgada y bajita podria haber encajado en clasica. Si hubieses empezado a los 4, claro. Tengo un conocido que a los 20 pico descubrio su vocacion por la homosexualidad y por el ballet. Es un desastre, no sierve para nada. Se quiere matar pobre pibe.

Anónimo dijo...

me sentí totalmente identif
no arrugues, metete con el baile, nunca jamás es tarde para bailar,
ah! feliz navidad.
una desconocida

Anónimo dijo...

Che, el primer anonimo soy yo.
¿Que le pasa a Blogger?

Ri.
ps: No creo que haya ya que firmar, se nota a la legua que soy yo.

angeles dijo...

Jajaa, Rodrigo, sí, me di cuenta de que eras vos.

Una desconocida, ¿sos la misma que iba al mismo colegio que yo?

FELIZ NAVIDAD A TODOS

Yoshimi dijo...

pensé que teniamos dos lectores anonimos mas...fuck
etoy ahorrando para publicidad en la television

Anónimo dijo...

¿No me reconoces, Luz? (lagrima)

Anónimo dijo...

No pensar, no pensar por favor. Porque se mete la pata, dijo angie.Por eso.